Podemos relacionar el inconsciente como una forma de actuar bajo los instintos e impulsos animales primigenios. Una especie de lógica que desde pequeños, cuando aun nuestra capacidad de razonamiento adulto no estaba desarrollado, se manifestaba mediante la actuación por impulsos. Causa y efecto. Las heridas emocionales que albergamos están creadas bajo las conclusiones a las que llegamos en la infancia, cuando, dadas ciertas circunstancias nos veíamos obligados a actuar de una manera que nos garantizase lo que buscábamos. 

Es evidente que para obtener un patrón de comportamiento, previamente debe haberse dado una situación en la cual realizáramos una conducta. Esta, posteriormente la asociaremos a una solución que seguiremos aplicando a situaciones futuras similares. Esto se ve muy claramente en las diferentes heridas de la infancia. Una persona que ha sufrido de herida de abandono, en su infancia, es probable que desarrollase cierto tipo de enfermedades raras que llamasen la atención de sus padres, pues, sabía de manera inconsciente, que si propiciaba una situación como tal, recibiría la atención que tanto necesitaba. En su edad adulta, aun desconociendo que padece dicha herida, actuará de manera similar para obtener lo que desea. 

Es ahora, cuando quizás estas actitudes se expandan a otras áreas de nuestra vida en la que intervengan distintas relaciones sociales, ya sean de pareja, amigos, hijos... Nuestro inconsciente siempre busca protegernos y garantizarnos seguridad y supervivencia. Es por eso que estas heridas son complejas y difíciles de reconocer. Buscamos de manera indirecta sobrevivir de la misma forma que lo hicimos cuando éramos pequeños evitando así un sufrimiento. 

En el caso de una persona con la herida de abandono, supondría más sufrimiento no sentir la atención o el apoyo de la persona en cuestión que una enfermedad. 

Es por eso que hay que ser muy comprensibles con las personas que nos rodean. Todas llevamos dentro diferentes heridas que nos hacen actuar de una forma u otra en función de las situaciones a las que nos enfrentemos. De forma inconsciente buscamos protegernos, actuamos de la misma manera que nos protegió cuando éramos pequeños y al no ser algo de lo que seamos conscientes, el patrón sigue ahí y se manifestará hasta que tomemos consciencia de ello.